Ya es hora de poner las cartas sobre la mesa y empezar a pensar en un proceso de investigación que ayude, de verdad, a la innovación. Como últimamente estoy muy interesado en este conglomerado de técnicas de innovación, he tenido conversaciones apasionantes con diferentes profesionales cualificados y llego a una misma conclusión. Se hace poco de todo y nada de mucho, es decir, no existe un proceso investigador que entienda perfectamente las necesidades de las compañías en materia de innovación.
Primero se pierden energías y esfuerzos en metodologías diferenciadas para aspectos tan básicos y cruciales como la definición de conceptos.
En segundo lugar, se palpa la etnografía como un fenómeno de safari fotográfico más que de observación real del consumidor, en un plano que debería ser más propio de definir insights que de filosofía no estratégica que no nos lleva a ninguna parte.
En tercer lugar, desde el cuantitativo no existe un paradigma que de verdad nos lleve a implementar de forma científica y con ello quiero decir sólida, un argumento claro de cómo funciona una innovación en un mercado, cierto es, que el consumidor está cansado de tanta «line extension» y que «lo que va en un mundo chalón» (gracias a Ramón Ollé por esta frase) es intentar descubrir y describir el verdadero comportamiento del consumidor ante un proceso de innovación que puede derivar en una mejora competitiva para la compañía.
Por lo tanto y a modo de resumen, menos pensar en el lucimiento filosófico de la «idea» y más en el negocio de nuestros clientes, queda muy bien un discurso vago, etéreo y poco real de como vincular la innovación al proceso real de una compañía y lo realmente difícil es entender que el proceso de búsqueda y capitalización de una potencial innovación no es hacer 4 etnográficos y presentar 4 datos benchmark de screening de conceptos.
Me propongo a mí mismo generar una metodología única, homogénea, sólida, que englobe técnicas avanzadas de investigación y que pueda aportar un único camino de análisis de la innovación y que permita a las compañías capitalizar los recursos necesarios con un ROI determinante en el proceso de construcción de la innovación.
Adios al safari fotográfico que algunos denominan etnografía y adiós a las muestras ridículas con indicadores ridículos. Una nueva era nos espera.
Os mantendré informados de este reto tan apasionante.